sábado, 19 de abril de 2014

Él

Sólo por el gusto de decirlo me referiré a él. Él, quien ha sido estudiante, trabajador y más. Él ha sido nieto, hijo, padre y abuelo, y esposo, por encima de todo. Él es todo y es nada, existe sin existir y vive aún después de haber muerto, más tangible cada vez, más creíble, más él que nadie. Él tuvo siempre una meta, siempre se apegó a sus principios, incluso cuando tuvo que actuar en contra de ellos, él hizo lo que su intuición y su razonamiento le decían, él es su historia, y su vida, él sus logros y sus palabras. Él, nunca un santo, nunca ingenuo, conserva, a pesar de todo misterios que, posiblemente nunca se podrán resolver. Él es un ser humano a la vez que es sólo una idea, sólo un nombre, un dibujo o apenas un trazo. Él es una característica, una acción, un sentimiento, un momento de silencio. A todas cuentas existe, por el momento, sólo para mí, pero tengo la posibilidad de hacerlo existir para los demás, al igual que otros, aún en su condición, o en otras menores. Él, él, él, ella, ellos, aquél, y muchos otros, son capaces de existir de alguna forma, de ser tangibles, de ser... pero especialmente él, quien llegó de forma más repentina, quien parece venir de otro lado, quien puede ser más, y por más tiempo, sin necesidad de acortar la existencia de los demás. Simplemente es él... tengo que seguir conociéndolo.