jueves, 17 de septiembre de 2015

Lluvia

Fue después de meses de sequía, meses en que el sol abrasaba toda la tierra y llenaba de calor los huesos. Era verano, para eso se suponía que estaba el sol, pero seguía allí, siguió demasiado tiempo, era demasiado calor, hacía falta una nube en el cielo, algo para poner un poco de color en medio de toda esa claridad azul y amarilla. ¡Y al fin ha sucedido!, ¡lluvia! Hace varios meses me molesté mucho con la lluvia, me puso triste, me quitó los ánimos y deseé que hubiera sólo sol, ahora sonrío ante la lluvia, la extrañaba, todos la estábamos extrañando.

Y es que el sol calentó demasiado la tierra, empezaron a haber incendios en todo Quito, algunos provocados, otros accidentales, pero todos difíciles de controlar porque el sol los alimentaba con ansias, el martes pasado se registraron 26, el sol había sobrepasado su época de dar calor, el verano termina en Septiembre. Ayer hubo llovizna, al menos la tierra se humedeció, pero hoy, ¡hoy!, ¡hoy llovió de verdad!, y pensar que renegaba de la lluvia hace menos de cinco meses, cuando hubo una de las últimas de la temporada, ahora la apreciaré, ahora la entiendo mejor.

lunes, 31 de agosto de 2015

Primer día de escuela

Recuerdo un poco los primeros días de clase de cada año que pasé estudiando. Desde la escuela al colegio, eran momentos de presentaciones y reglamentos; no esperaba mucho, pero siempre tenía la ilusión de la novedad, de las tantas cosas que podría llegar a aprender. Era una estudiante, ahora voy a dar clases, mis expectativas han cambiado más de lo que pude imaginar.

Recuerdo también ser una estudiante bastante aplicada. No era necesario llamarme tanto la atención y terminaba siempre a tiempo, o al menos me esforzaba mucho por hacerlo, entre mis compañeras se podía sentir esa misma competitividad, parecía que era algo estándar, bastante común en las escuelas, o tal vez estaba muy concentrada aprendiendo como para notar las dificultades del resto, quién sabe. A lo largo de estos años, por el otro lado de mi experiencia, también conocí jóvenes que llegaban a aburrirse cuando el profesor hablaba, que huían a las matemáticas, que no podían ni querían recordar aquellos términos de ciencias naturales o lenguaje, ni las complejas fechas de las ciencias sociales. Yo no era así, no podía entenderlos.

Ahora estoy en el otro lado y me enfrento a estos estudiantes. He escuchado muchas veces a profesores que saben tratarlos porque se reflejan en ellos, porque saben lo que es ser alguien rebelde en contra del profesor, alguien desobediente y difícil de tratar. Por mi parte, yo no recuerdo haber sido así, no puedo entenderlos.

¿Qué podría hacer ahora?, tengo los conocimientos que he ido acumulando en numerosos años de estudio y experiencia, pero sé que no va a ser sencillo, como dice el dicho: todo es muy difícil antes de ser muy fácil. Voy a dar inglés y cultura estética: una lengua extranjera junto con un conjunto de subjetividades prácticas y mentales, ¡la pueden subestimar, pero es más importante de lo que parece!

Sé, en teoría, lo que debo hacer. A pesar de todo he aprendido a no tener miedo, aunque lo tenga, y puedo manejarlo. Si algo debo mejorar es mi expresión oral y mi organización del tiempo, lo demás puede fluir, mi objetivo es obtener los mejores resultados este año lectivo, es mi tiempo de aprendizaje, he vuelto a la escuela. Incluso más nerviosa que cualquier año anterior, no puedo desaprovechar este regreso a clases. O mejor dicho: no desaprovecharé este regreso a clases.